Fundado para benedictinos a orillas del río Cúa, municipio de Carracedo en El Bierzo, en el año de 990 por el rey de León Bermudo II sobre el palacio de su padre Ordoño III con el objetivo de destinarlo a panteón real, misión que no cumplió.
Dedicado a S. Salvador recibió numerosas donaciones de los monarcas y de la nobleza. El primitivo edificio sería restaurado por doña Sancha y Alfonso VII. Entonces (1138) se cedió al Cister, aunque se mantuvo exento hasta 1203 en que se sometería voluntariamente.
La fábrica del monasterio sería reformada en diversas ocasiones hasta el siglo XIX en que se exclaustraría por causa de la Desamortización. De la época prerrománica apenas quedan restos embutidos en los muros y en la base de la torre.
Las construcciones más primitivas se corresponden con los comienzos del siglo XII, época del abad Florencio, pues en 1138 se inició la iglesia que se concluiría en el siglo XIII; constan como maestros de la obra del monasterio (1202) Juan Pérez, (1214) Martinus, (1217-1219) Pedro López, (1235) Juan Munionis, (1272) Juan Pérez, (1275) Simón Juliánez, (1278) Diego Pérez y (1280-1318) Juan López, monje que llegó a abad.
En el siglo XVI se reconstruyeron varias dependencias como el claustro reglar, capilla de la portería, parte del refectorio y sacristía nueva (1533) según el estilo tardogótico. En 1581 se inició la cerca que rodeaba todo el monacato. En el siglo XVII se construyó el tercer claustro, al oriente, en cuyo torreón se ve la fecha de 1634. En 1692 la torre.
La cocina llamada de la Reina con sus columnas y arcos apuntados y la chimenea se contratò en 1630 a los maestros Juan de la Pedrosa y Bartolomé de la Huerta. Entre 1698 y 1716 se construyó el claustro de la hospedería, al oeste del reglar.
La iglesia neoclásica, sobre planos de Francisco de Rivas y bajo la dirección de Pedro Antonio Piñeiro, se inició en 1796 quedando inacabada. (Javier Rivera Blanco – PatrimonioCyL)