Bajo la vigilancia de la inmensa mole rocosa de Peña Ubiña (2.417 metros) se desarrolla el abrupto paisaje montañoso del Valle de San Emiliano.

A caballo de los valles leoneses de Babia y Luna, en el mismo confín de Asturias, este valle presenta, junto a las clásicas huellas de la erosión glaciar las no menos significativas muestras del relieve kárstico.

Entre la vegetación presente destacan las masas de haya, roble y el relicto sabinar -el más occidental de la Península Ibérica- de Mirantes de Luna. El Valle de San Emiliano conserva interesantes núcleos rurales. Entre ellos destaca el conjunto de Riolago de Babia, con su palacio renacentista de los Quiñones y su sobrio recinto amurallado.

Vegetación

La situación de la zona, sus características climáticas y el agreste relieve, junto con la complejidad de los materiales que afloran en la zona, han originado una variada cubierta vegetal, con características muy peculiares. El rasgo fundamental de la vegetación viene dado por el hecho de ser un punto de confluencia entre la vegetación atlántica y la mediterránea. Dentro del Espacio se dan buenos ejemplos de ambos tipos de vegetación, pues la vegetación del Norte, típicamente atlántica, contrasta con los valles meridionales, en los que se aprecia un cierto grado de mediterraneidad, como demuestra la presencia de sabinares, junto con otros taxones propios de la región mediterránea. La existencia del sabinar constituye, sin duda, la característica más peculiar de la zona, pues, esta formación, reliquia del Terciario, alcanza aquí el límite occidental de su área de distribución en Europa.

En las zonas típicamente atlánticas la vegetación arbórea está dominada por los bosques caducifolios de roble, principalmente de roble albar, aunque las formas híbridas con el melojo y el carbayo son frecuentes, que se asientan en las vertientes meridionales, y de haya, en los enclaves septentrionales y de elevada humedad.

Peña Ubiña

Peña Ubiña

Fauna

En cuanto a los aspectos faunísticos, el Espacio guarda relación con el resto de la vertiente meridional de la Cordillera Cantábrica. Se trata éste de un área límite entre numerosas especies de origen «eurosiberiano» y otras de origen «afromediterráneo». En muchos casos, las primeras encuentran en la Cordillera su límite meridional de distribución, a veces seperadas de las poblaciones europeas, por quedar aisladas en las zonas altas. En cuanto a las segundas, la Cordillera les supone una barrera que impide su paso hacia el Norte, y actúa como límite septentrional de su área de distribución. Dentro de las especies singulares, destaca la presencia esporádica del oso que, pasando por el corredor del Negrón bordea el límite Norte de la comarca de Luna. De igual manera, el urogallo, endemismo subespecífico de la Cordillera encuentra aquí su límite meridional de distribución. Junto a ellos, mencionar otras especies de interés como el lobo, la nutria, el águila real, buitre leonado, alimoche. La presencia del embalse de Barrios de Luna permite la existencia de poblaciones más o menos numerosas de aves acuáticas (Anátidas, Rállidas, Ardeidas, etc.). Entre las especies cinegéticas apuntar el ciervo, el corzo, el rebeco, el jabalí.

Geomorfología

El paisaje de este Espacio viene determinado por su altitud (casi el 50% de la zona supera los 1.500 m.), alcanzando su cota máxima en los 2.417 m. de la mole calcárea de la Peña Ubina. El relieve es en general, bastante acusado salvo en aquellas áreas donde se ensancha la vega de los ríos importantes. Se conservan en numerosos puntos de la zona diversos rasgos morfológicos de origen glaciar (circos, morrenas laterales y frontales, horns y valles en artesa) y numerosas muestras de actuación de procesos kársticos debido a la relativa abundancia de formaciones carbonatadas (dolinas, uvalas, etc.).

Padreras de Babia

Padreras de Babia / lasendadelhayedo.com

Paisaje

Debido a la complejidad litológica y florística de la zona, la riqueza paisajística del Espacio es grande, como consecuencia del juego de contrastes entre el roquedo calizo que debido a sus elevadas cotas se caracteriza por su escasa representación de la vegetación arbórea (presencia de pastizales, matorrales calcícolas y paredones rocosos) frente a las vastas extensiones de brezal que alternan con zonas de roquedo silíceo, piornal y bosques de roble, haya, abedul, …

Valores que justifican su declaración

Espacio de gran belleza paisajística, que alberga una importante fauna y flora al ser una zona de transición entre la Región Eurosiberiana y Mediterránea, lo que condiciona la existencia de su gran complejidad. (Patrimonio Natural de Castilla y León)