Javier Rodríguez Encinas (de Valladolid) con el microrrelato titulado “La decisión”; Javier Sánchez López (de Fuenlabrada, Madrid) con el microrrelato “Ganarse las lentejas”, y Miguel Ángel Escudero Eble (de Salamanca) con el microrrelato “Comerlas o dejarlas, he ahí la cuestión”, se han alzado con los tres primeros premios del V Concurso de Microrrelatos “Lenteja de Tierra de Campos”, al que concurrieron 456 mini cuentos. Reproducimos, más abajo, los tres ganadores.
El primer premio consiste en 200 euros y un fin de semana para dos personas en un centro de turismo rural de Tierra de Campos. El segundo premio 100 euros y un fin de semana para dos personas en un centro de turismo rural de Tierra de Campos y el tercer premio un fin de semana para dos personas en un centro de turismo rural de Tierra de Campos. El concurso ha sido organizado por el Consejo Regulador de la IGP Lenteja de Tierra de Campos, y tiene como objetivo “fomentar la cultura gastronómica y el conocimiento de esta Lenteja de excelente calidad que está incluida en los productos agroalimentarios de Castilla y León”.
La elección de los ganadores tuvo lugar en el Consejo Regulador de la IGP Lenteja de Tierra de Campos (en Mayorga, Valladolid), y contó con un jurado compuesto por:
- Ángel Barrio Bobo, escritor
- Aina Rotger escritora
- Eloísa Otero poeta y periodista
- David Rubio, escritor, periodista, director del diario La Nueva Crónica de León
- Marta Balsero González, filolóloga, técnico de la Fundación Jorge Guillén
→ En la página web www.lentejadetierradecampos.es en el apartado Concursos >>> V Concurso de microrrelatos Lenteja de Tierra de Campos se pueden leer y escuchar los microrrelatos ganadores y finalistas. ( – Tam Tam Press)
“La decisión”
El hombre yacía en la cama rodeado de sus hijos. A su derecha, Carmen, la mayor, mantenía una mano del anciano entre las suyas, en actitud abnegada. Tras ella, los tres varones. Del otro lado, juntas y calladas por primera vez, las nueras. A los pies, Don Ramiro, el notario, esperaba sus últimas palabras para certificar la anunciada y polémica decisión de otorgar el grueso de su vasto legado a uno sólo de los hijos.
De pronto, el yacente comenzó a mover los labios con dificultad. Fue la señal a la que los congregados se abalanzaron hacia él para saber su última decisión. Don Ramiro, investido de autoridad, se acercó el primero, pero fue incapaz de comprender las palabras que aquella boca desdentada trataba de articular. Otro tanto pasó con los hijos que, uno tras otro, intentaron entender su nombre en el farfullar del anciano. Rendidos al fin todos, llamaron a Pilar, la asistenta, para ver si ella, más familiarizada con el anciano, descifraba sus balbuceos.
La mujer, con un gesto mecánico de secarse las manos en el delantal, se acercó a la cama. Al instante, y sin asomo de duda, sentenció:
─La dentadura, que quiere lentejas.
Javier Rodríguez Encinas (Valladolid)