De origen romano se encuentra en la calzada que unía Astorga con Zaragoza, y en sus alrededores se produjeron sendas batallas entre suevos y visigodos (458) y musulmanes y cristianos (878); después se convirtió en paso obligado del Camino de Santiago.

Fue famoso en 1434, Año Santo de Perdonanza, por la gesta épica «del passo honroso» en que el caballero Suero de Quiñones y nueve compañeros lidiaron justas para conquistar aquél el amor de doña Leonor de Tovar; finalizadas peregrinó a Santiago agradecido a donar al santo una argolla de plata.

Las innumerables crecidas del río Orbigo como sus movimientos ensanchando el cauce provocaron múltiples intervenciones y ampliaciones en el puente desde la Edad Media hasta fechas recientes conociendose obras importantes en el siglo XIII con marcas de sillería (restos más antiguos), en el XVI (1589-1590 desviación del cauce y 1608 obras notables), en el XVII (ruina en 1620 y posterior reparación y ampliación de ocho a trece ojos, en 1640 nueva ruina y obras durante siete años con la participación de maestros como Francisco Venero, Francisco de la Lastra y Francisco Martínez del Valle, más obras en 1672), en el XVIII (1763 por los arquitectos Pedro de Cantos Benítez y Pedro Ric, en 1777 ruina de dos arcos, 1779 reparación de Diego Martínez, siguen en 1784, riada de 1786 arruina tres arcos, 1787 proyecto reparación importante de Alfonso Regalado Rodríguez).

Puente sobre el río Órbigo en Hospital de Órbigo (León)

Puente sobre el río Órbigo en Hospital de Órbigo (León)

El siglo XIX fue decisivo para su aspecto actual (1832-1836 obras de Fernando Sánchez Pertejo; 1857-1896 nuevas obras). Finalmente se restaura en el siglo XX 1946-1951 por el ingeniero Francisco Rodero y el arquitecto Luis Menéndez Pidal con una nueva restauración en 1983 a cargo de Jesús Martínez del Cerro.

En la actualidad presenta 19 arcos de diferentes épocas trabados en forma de gran uve muy abierta y pendientes más suaves hacia occidente. Por este lado los tres primeros ojos con arco de medio punto son del siglo XIX, los cinco siguientes de mediados del siglo XVII y del primer cuarto de este siglo los cinco que continúan, todos, igualmente, con arcos de medio punto. A continuación y hacia el este siguen cuatro arcos apuntados del siglo XIII y finalmente dos de medio punto del siglo XIX.

La diversidad de las épocas se aprecia también en las caracterís-ticas de los tajamares, de planta rectangular, ojivales, poligonales, escalonados, etc. (Javier Rivera Blanco – Patrimonio de CyL)