Iglesia rural de la que se tiene ya constancia documental en 1137 en que es citada en relación con una disputa entre San Isidoro de León y San Pedro de Eslonza.
A esta época pertenece la cabecera del templo que recoge la tradición prerrománica del mozárabe leonés; es de planta rectangular al exterior y ultrasemicircular al interior con el arco de triunfo de acceso a la misma coetáneo y también de herradura, éste con columnas adosadas de fuste monolítico y dos capiteles, uno con temas vegetales (corintio esquemático y abstracto) y el otro con temas iconográficos del Camino de Santiago con una arpía, basilisco y grifo, ambos rudamente tallados.
Se ilumina por medio de sendos óculos abiertos posteriormente a este y sur y se cubre con tejado a tres vertientes y cúpula interior; el alero es soportado por numerosos canecillos de tradición mozárabe unos, los de modillones de lóbulos con rosetas inscritas en los roleos, y otros característicos románicos con escenas figuradas algunas de ellas obscenas, y otros con representaciones de la música, la avaricia, la cantería, un guerrero armado con lanza, un peregrino, hombres emparejados, cabeza de toro, etc. Sus muros de mampostería y las esquinas de sillares.
La nave única más ancha hacia la cabecera que hacia los pies y más alta que el presbiterio se cubre con armadura de madera a dos vertientes con aleros reducidos progresivamente en su decoración de teja y ladrillos con formas geométricas.
En el costado sur se abre el pórtico sobre pies de madera de obra reciente y adosado a él la sacristía. Al lado opuesto el cementerio y en la cumbrera de occidente una espadaña de mampostería con sillares en las esquinas, dos huecos para otras tantas campanas, construida por el abad del monasterio de Eslonza como declara una inscripción en la misma, institución de la que dependía esta parroquia. (Patrimonio de CyL – Javier Rivera Blanco)