Los canales romanos de Las Médulas fueron la red de abastecimiento hidráulico del mayor complejo minero de la Antigüedad: las minas de oro de Las Médulas, declaradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en diciembre de 1997.

Durante casi 200 años, estos canales suministraron agua al yacimiento minero, no de forma simultánea pero sí ininterrumpida, erigiéndose en parte fundamental del sistema de explotación y proporcionando la energía necesaria para derrumbar y remover cientos de millones de metros cúbicos de sedimentos aluviales ricos en contenido aurífero.

Es uno de los mayores sistemas hidráulicos del mundo antiguo, acorde con la importancia que tuvo el yacimiento minero para el Imperio Romano. Un solo detalle sirve para ilustrar esta afirmación, como es la existencia, dentro de la red hidráulica de Las Médulas, del segundo canal más largo de la antigüedad, el denominado canal C-3, de 143 km de longitud.

Los canales romanos de Las Médulas presentan características muy homogéneas en cuanto a su diseño y dimensiones constructivas. Así, la anchura de caja oscila entre 1,20 y 1,30 m en la mayor parte de su trazado, si bien puede variar entre 1,20 y 1,60 m en distintos tramos de un mismo canal.

La forma del canal se conseguía mediante el cajeado de la roca y el sustrato, así como mediante la construcción de paredes de mampostería, cuyo uso era generalizado en el flanco exterior de la conducción, el que cuelga sobre la ladera.

Los canales romanos de Las Médulas aprovechaban el agua del río Cabrera

Los canales romanos de Las Médulas aprovechaban el agua del río Cabrera / Turismo del Bierzo

Una de las características que más llama la atención en las observaciones de campo es la suave pendiente del trazado de los canales (por lo general entre el 0.2 y el 0.3 % (± 0.05%).

La red hidráulica de Las Médulas llegó a sumar más de 600 km de longitud repartidos en 9 canales principales, si bien no todos estuvieron activos al mismo tiempo. De hecho fueron construidos y utilizados de forma sucesiva a medida que la evolución de la explotación minera demandaba aportes de agua a mayor altitud.

El conjunto consta de 9 conducciones principales, de las cuales solo 3 discurrían por la vertiente septentrional, la que mira a la depresión del Bierzo. El resto, 6 canales principales y 2 auxiliares, surcaban las laderas meridionales de la sierra, las que vierten al valle del río Cabrera.

El hecho de dirigir reiteradamente las conducciones de agua hasta el cauce del Cabrera y, posteriormente, del Eria, indica una evidente insuficiencia de los arroyos intermedios para satisfacer y garantizar las necesidades de la mina, y para cubrir la capacidad de caudal de los canales, al menos durante largos periodos de la primavera, el verano y el otoño. Por ello se hacía del todo necesario un suministro directo a partir de las corrientes fluviales más importantes y de caudal más estable a lo largo del año. (Turismo del Bierzo)