Entrada natural al corazón de Galicia, tierra de viñedos escalonados, calzadas romanas y claustros románicos con filigranas de cantería; la Ribeira Sacra es una de las comarcas más espectaculares y misteriosas de la España verde.

Surcada por los ríos Miño y Sil, que dan forma a esta tierra milenaria, ofrece estampas diferentes según se descubra en tren, navegando, o recorriendo despacio estos paisajes intrincados de tradición y leyenda. Lo importante es saborear sin prisas el camino.

Míticos orígenes

Da igual que su nacimiento se explique por la tectónica o por la mitología (agresión de Juno en un ataque de celos por los amoríos de Júpiter con la tierra gallega), da igual que su nombre sea auténtico o deformado por el tiempo y los traductores (nos gusta la versión de robledal sagrado, ‘rovoyra sacrata’, que habría evolucionado erróneamente hasta su nombre actual).

El caso es que esta profunda herida, exageración geográfica, laberinto de hoces acuíferas, se halla repleta de tesoros naturales y artísticos, cuya historia permanece escrita en sus piedras. Entre ellas, colgado de una pared, el ferrocarril recorre el desfiladero y los barcos fluviales, bajo sotos, peñas y ermitas, parecen navegar hacia el centro de la tierra. Mientras, las milenarias cepas brotan cada año para el milagro de un nuevo vino.

Atrio Santo Estevo de Ribas de Sil / Fotored

Atrio Santo Estevo de Ribas de Sil / Fotored

Geografía exagerada

Hablamos hoy de la Ribeira Sacra, comarca surcada por el ‘padre’ Miño y el caudaloso Sil, centro geográfico de la Gallaecia romana, en los confines de Hispania; una sucesión de gargantas visible con nitidez desde los aviones comerciales que la sobrevuelan habitualmente en comunicación con Madrid, la capital del reino. Además es la entrada natural hasta el corazón de Galicia, en España.

Está atravesada por dos carreteras nacionales: de Este a Oeste, la N-120 (Logroño-Vigo), que entra por el cañón del Sil desde Valdeorras y conecta Monforte con Ourense, y de Norte a Suroeste, la N-540 (Lugo-Ourense), por Chantada. También está cruzada por el ferrocarril que comunica Galicia con Madrid, vía León, con estaciones en Os Peares (confluencia Miño-Sil), San Pedro de Sil, San Estevo do Sil, Areas, Canabal, Monforte, Pobra do Brollón y San Clodio-Quiroga.

La historia en sus piedras

Por la vertiente orensana, un buen comienzo puede ser Castro Caldelas, perfecta atalaya y fortaleza de realengo hasta que, en el siglo XIV, el rey Alfonso XI la cedió al conde de Lemos. Desde su castillo divisaremos gran parte del recorrido por el valle del Sil y la comarca de Monforte.

Aventurémonos por las empinadas laderas para ir redescubriendo la historia en sus piedras… Del románico gallego, en Santa Cristina de Parada de Sil, con una iglesia de torre almenada; de la perfecta fusión de arquitectura y naturaleza, en San Pedro de Rocas, en Esgos; del barroco, en el monasterio de Montederramo; del paso desde el prerrománico hasta el renacentista, con románico, gótico y barroco por medio, en esa joya monacal que es Santo Estevo de Ribas de Sil, donde se dice que profesaron nueve obispos, como quedó reflejado en uno de los escudos de su fachada.

Actualmente es un hotel de 4* de la cadena estatal Paradores, cuyos fogones son punto de referencia del máximo nivel.

Ribeira Sacra

Ribeira Sacra / D.O. Adega Tear